“Después de tantos años en la resistencia, Asturias ha vuelto a la vanguardia y hoy marca el camino”. Con esta afirmación, el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha reivindicado la capacidad de la comunidad para superar adversidades y situarse en la vanguardia del desarrollo sostenible. Lo ha hecho durante el acto de reconocimiento a Asturias en los XIV Encuentros Fundación Manuel Fernández Lito y Premios Anastasio de Gracia.

Barbón ha comenzado su discurso con un agradecimiento por la distinción: “Es la primera vez que habéis decidido concederla a una comunidad, así que estoy cargado de razones para daros las gracias”. A continuación, ha recordado el papel histórico del Principado en la defensa de las libertades, para reivindicar que "cada vez que ha sido necesario, Asturias ya estaba en pie".

Para reforzar esa declaración, ha evocado episodios decisivos para la comunidad como la huelgona de 1962 en la cuenca minera o la reconversión industrial. "Sin grandilocuencia, el camino de las libertades en nuestro país transita a la fuerza por Asturias, porque algunos de sus episodios cruciales se vivieron en las calles y montes de mi tierra", ha indicado.

El jefe del Ejecutivo también ha puesto en valor la capacidad de la comunidad para reinventarse, para redescubrirse y para convertir la protección de los recursos propios, tanto naturales como culturales, en "motor de crecimiento" y desarrollo sostenible. "Hemos conciliado el auge turístico con el cuidado de nuestro paisaje y estamos decididos a liderar la economía verde, convencidos de que reducir emisiones es garantía de futuro para la industria”, ha precisado.

Igualmente, ha destacado “el gran esfuerzo común, anónimo y compartido, para no rendirse ante las adversidades ni ceder a la tentación del extremismo", así como la ejemplaridad del Principado en ámbitos como la concertación social, la solidaridad y la lealtad institucional.

Por último, ha reafirmado el compromiso de Asturias con la construcción "de la mejora España", un país "diverso y plural que se reconoce en las libertades, que refuerza su cohesión con un estado de bienestar sólido y mantiene su compromiso con el proyecto europeo".

** A contuación se recoge la intervención íntegra del presidente del Principado, Adrián Barbón, durante el acto.

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN

Acto de reconocimiento a Asturias en los 14º encuentros Fundación Manuel Fernández “Lito” / Premios Anastasio de Gracia

Gracias por esta distinción. Es la primera vez que decidís concederla a una comunidad autónoma, así que estoy cargado de razones para el agradecimiento.

Es difícil hablar en nombre de la historia. No obstante, sé que me entenderéis si aseguro que Asturias siempre ha sabido estar ahí. Desde los balbuceos germinales del movimiento obrero hasta nuestros días, nunca la hubo que buscar. Jamás fue necesario despertarla, sacudirla para que reaccionara, porque cada vez que fue necesario, Asturias ya estaba en pie.

Las dos personas que dan nombre a estos premios fueron testigos. Anastasio de Gracia podría relatar el coraje proletario frente al golpe de Estado contra la república, de la misma manera que Manuel Fernández, nuestro recordado Lito, podría explicar cómo fueron, medio siglo después, los tiempos de la Transición, cuando los sindicatos asumieron una responsabilidad decisiva, muy por encima de la defensa de los derechos laborales, para afianzar la democracia.

Sin grandilocuencia, el camino de las libertades en nuestro país transita a la fuerza por Asturias, porque algunos de sus episodios cruciales se vivieron en las calles y montes de mi tierra. Como decían los versos de Chicho Sánchez Ferlosio a propósito de la huelgona de 1962, en la cuenca minera había prendido una lumbre que calentaba España entera.

Esa lumbre fue una contribución colectiva, como ha seguido siéndolo en el medio siglo de libertad que conmemoramos. Perdonad que lo destaque, pero, en honor de la verdad, Asturias no lo tuvo nada fácil. Al poco de iniciar su etapa autonómica, afrontó una reconversión que parecía interminable. Todo lo que parecía sólido, tan sólido como el carbón y tan resistente como el acero, que eran el forjado de nuestro paisaje industrial, se desvanecía en el ajuste.

El presente del Principado no se entiende sin ese trauma. Sin embargo, pese a la dureza de aquel período, Asturias también ha sabido estar. Mejor dicho, para expresarlo con mayor exactitud, ha logrado algo más difícil, ha sido capaz de reinventarse, de redescubrirse a sí misma. Quizá esa haya sido una de las grandes aportaciones del Principado en estas décadas: ha demostrado que la protección de los recursos propios –hablo de los recursos naturales, pero también de los culturales - es un motor de crecimiento.

Del mejor crecimiento, además, porque Asturias es hoy un modelo de desarrollo sostenible. Hemos conciliado el auge turístico con el cuidado de nuestro hermoso paisaje y estamos decididos a liderar la economía verde, convencidos de que la reducción de emisiones es una garantía de futuro para la industria. Después de tantos años en la resistencia, hemos vuelto a la vanguardia y ahora estamos marcando el camino en el uso del transporte público o en el refuerzo de los servicios públicos, con la primera red autonómica de escuelas infantiles.

Si me lo permitís, dedico este premio a todas las personas que han hecho posible el resurgir de Asturias. Hay nombres propios, como los presidentes que me antecedieron, pero, sobre todo, hay un gran esfuerzo común, anónimo y compartido, para no rendirse ante las adversidades ni ceder a la tentación del extremismo. Porque, pese a todos los problemas, pese a la gran herida social que supuso la reconversión, el Principado ha sido ejemplo de convivencia democrática.

Lo ha sido a todos los niveles. En casa, entre nosotros, porque nunca hemos dejado de propiciar acuerdos, como los sucesivos pactos de concertación con los sindicatos y el empresariado. Y, al mismo tiempo, también hemos sido ejemplares con los demás.  Me refiero a la Administración estatal y a los gobiernos de las demás comunidades, porque, sin abdicar de la defensa de nuestros intereses, nunca hemos dejado de comportarnos con lealtad institucional y jamás hemos dado la espalda a la solidaridad.

Así hemos actuado y seguiremos haciéndolo en el desarrollo del Estado autonómico: orgullosos de nuestra identidad, sin renunciar a nuestra historia, a nuestra cultura ni a nuestras lenguas, queremos seguir aportando a la construcción de la mejor España, este país diverso y plural que se reconoce en las libertades, que afianza su cohesión con un Estado de bienestar fuerte y que mantiene su compromiso con el proyecto europeo, ese gran espacio internacional, quizá ya el único, que se distingue por su compromiso democrático y social.

Ante vosotros y vosotras, reivindico esta Asturias que resurge. Gracias sinceras por este reconocimiento, en nombre del Gobierno del Principado.  Por lo que a nosotros respecta, podéis estar seguros: Asturias siempre sabrá estar ahí.