Nieves Roqueñí destaca que la transición energética es una oportunidad para impulsar la reindustrialización y reducir la dependencia exterior
La consejera pone a Avilés y a las empresas de la comarca como ejemplos en el proceso de cambio de modelo económico de Asturias
La consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico, Nieves Roqueñí, ha considerado que el Proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica de Descarbonización (Perte de Descarbonización) e instrumentos financieros de apoyo a las regiones, como el Fondo de Transición Justa, impulsan el cambio de modelo económico de Asturias y contribuyen a afianzar el proceso de transición ecológica de la industria.
Roqueñí ha inaugurado la jornada Cambio de modelo productivo en la comarca de Avilés, organizada por CCOO y la Fundación Juan Muñiz Zapico, donde se ha abordado este proceso y los proyectos de varias compañías industriales. La consejera ha puesto a esta comarca y sus empresas como ejemplo de liderazgo en el proceso de transición energética y ecológica del sector secundario.
En este sentido, ha confiado en que el Perte de Descarbonización, cuyas bases están en información pública, pueda ponerse en marcha a finales de este año o principios del próximo.
En su opinión, la aspiración de la industria en general y de la que está radicada en Avilés en particular es “potenciar la transición ecológica a través de la descarbonización de sus procesos mediante la incorporación de las energías renovables, la economía circular y el hidrógeno verde.”
Roqueñí ha abogado por esta transición en términos de oportunidad: “oportunidad de generación de nuevas actividades económicas, de creación de nuevos empleos y para conformar un medio ambiente más saludable” para el conjunto de la ciudadanía y las futuras generaciones.
“Oportunidad”, ha añadido, “tanto para Asturias como para España y para la Unión Europea, de reducir nuestras dependencias externas y fortalecer las capacidades productivas estratégicas. Porque Europa, España y Asturias necesitan más fábricas y más empresas; y eso pasa por proteger y reforzar su liderazgo y autonomía en sectores que son estratégicos, como el energético, el tecnológico, el agroalimentario, el químico o el siderúrgico”.