null El presidente destaca que el Instituto Nacional de Silicosis "siempre ha sido el nombre de una esperanza, un centro sanitario sin reemplazo posible"
  • El presidente del Principado participa en la celebración del 50 aniversario del INS, que se celebra con motivo del 50 aniversario del Instituto Nacional de Silicosis
01 de diciembre de 2022

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha destacado hoy que el "Instituto Nacional de Silicosis siempre ha sido el nombre de una esperanza: el lugar donde se atendía a los enfermos, donde se investigaban nuevos tratamientos, un centro sanitario sin reemplazo posible".

 

Barbón ha participado en la inauguración de la jornada Exposición a sílice cristalina respirable y otros agentes cancerígenos y el cáncer de pulmón, que se celebra con motivo del 50 aniversario del Instituto Nacional de Silicosis. Está ha sido su intervención íntegra:

 

 

 

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN

Jornada de celebración del 50 aniversario del Instituto Nacional de Silicosis

 

Agradezco su invitación para participar en la conmemoración del 50º aniversario del Instituto Nacional de Silicosis. Para mí, hoy es un día especial, cargado de emociones y recuerdos. Permitan que aproveche esta breve intervención para darles rienda suelta.

 

La vida cambia los significados de las palabras. Yo nací en Laviana, soy hijo, nieto y bisnieto de mineros. Escuché hablar de la silicosis desde niño, y no como una enfermedad lejana y ajena que afectaba a determinados trabajadores. En mi caso no había distancia posible: la silicosis era la tos que entraba por la ventana, la respiración extenuada de un vecino, las bombonas de oxígeno que veía por la calle, la causa de la muerte de un conocido.

 

Así que no me pidan frialdad ni distancia. Para mí, el Instituto Nacional de Silicosis siempre ha sido el nombre de una esperanza: el lugar donde se atendía a los enfermos, donde se investigaban nuevos tratamientos, un centro sanitario sin reemplazo posible.

 

Por eso hoy me siento obligado a dar las gracias de corazón a quienes hicieron posible este instituto en 1970. A detenerme en el doctor García-Cosío y reconocer su contribución para impulsarlo y ampliar los objetivos de su creación: asistencia, docencia, investigación y prevención.

 

La pandemia impidió que la celebración del primer medio siglo de vida del centro se realizara en el año preciso, en 2020. Eran los tiempos duros de la pandemia, cuando estábamos descubriendo que la covid castigaba especialmente a las personas mayores y a quienes padecían otras patologías previas. Entre ellas, la silicosis. 

 

A lo largo de muchísimos meses, reiteré que Asturias era una comunidad especialmente frágil ante la epidemia porque reunía ambos factores, un alto porcentaje de población envejecida y también una notable tasa de patologías cardiorrespiratorias. Perdonen el desahogo, pero aún hoy me sorprende –o me escandaliza, si soy más sincero- que hubiese quienes se oponían a la aplicación de medidas tan duras como necesarias para controlar la enfermedad. Hasta qué niveles insoportables de irresponsabilidad se llega en ocasiones en el ejercicio de la mala política.

 

Fin del desahogo. Prefiero hablar del futuro, que siempre está repleto de proyectos y buenas intenciones. De mano, voy a atajar en seco una sospecha. Tal vez alguien pueda pensar que el cierre prácticamente total de la minería conllevaría el debilitamiento del Instituto Nacional de Silicosis. Es una conclusión comprensible, pero equivocada. Esta unidad de referencia nacional va a seguir teniendo el protagonismo que merece en nuestro sistema público sanitario por tres razones principales:

 

  • Primera, porque continúa realizando una importante labor asistencial, tanto a personas de Asturias como, principalmente, de Galicia y Castilla y León. No sólo la minería de carbón favorece la silicosis; también la explotación de la pizarra, el tratamiento del mármol o las canteras de granito.

 

  • Segunda, porque desarrolla una notable tarea docente.

 

  • Y tercera, por su potencial investigador, máxime desde que, en 2020, la sílice ha sido considerada agente cancerígeno, con su posible impacto sobre el desarrollo de cánceres de pulmón. Y no me quedo ahí: hablo, entre otros frentes, del desarrollo de proyecto de riesgos emergentes en las impresiones 3D, la exposición a nanopartículas y compuestos orgánicos volátiles o los efectos de la inhalación de humos diésel, otro agente cancerígeno reconocido.

 

Es probable que me hayan escuchado insistir en una ambición: convertir Oviedo –y, por tanto, Asturias- en un polo de desarrollo biosanitario, con todos los beneficios científicos y de estímulo a la investigación y la innovación que conlleva. Es un objetivo que exigirá tiempo y constancia, que nos obligará a remontar dificultades, pero al que cada vez nos acercamos más. Suelo subrayar que contamos con buenos mimbres para situar al Principado a la vanguardia de la sanidad española. Aquí tenemos una prueba, porque en ese terreno de la excelencia ya compite con todos los merecimientos este centro, el Instituto Nacional de Silicosis.

 

Para un hijo de la cuenca, para un vecino de Laviana, ha sido hoy un honor poder compartir la inauguración de esta jornada conmemorativa del 50ª aniversario Instituto Nacional de Silicosis. Gracias por la labor que han realizado durante toda su andadura. Gracias a su director, Jesús Ramón García, y gracias a toda su plantilla. Como afirmé al principio, su existencia siempre será un sinónimo de esperanza.

Documentación

Galería de imágenes

El subdirector general de Minas del Ministerio para la transición Ecológica y el Reto Demográfico, Daniel Torrejón, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, el director del Instituto Nacional de Silicosis, Jesús Ramón García, y la directora médica del HUCA, Beatriz López Ponga. 

Galería de audios

Acto del 50 aniversario del Instituto Nacional de Silicosis
Aprobación de presupuestos regionales
Apoyo de presupuestos y responsabilidad
Respeto a los candidatos a las elecciones regionales
INS, un centro sin remplazo
Agradecimiento a la plantilla del INS
Potencial investigador del INS
Asturias, polo de desarrollo bionsanitario