El jefe del Ejecutivo apoya la declaración de la cultura minera como BIC por representar “el esfuerzo, el coraje y la solidaridad”

Esfuerzo, coraje y solidaridad son, en palabras del presidente del Principado, Adrián Barbón, los tres pilares sobre los que se asienta la cultura minera, un acervo que el Gobierno de Asturias impulsará para que sea reconocido como Bien de Interés Cultural.  “Esta cultura no es un vestigio del pasado, un recuerdo de lo que fue, sino que está viva y mira al futuro”, ha defendido el jefe del Ejecutivo durante la entrega del premio de la Fundación Emilio Barbón.

El primer ejemplo de que los valores de las cuencas permanecen plenamente vigentes pasa por la existencia de estos premios y la fundación que rinde homenaje “a una persona que vivió volcada en la ayuda a los demás”, ha recordado el presidente. El segundo, ha insistido, está representado en el premio de esta edición, que coincide con el 20 aniversario de la muerte de Emilio Barbón: el galardón ha recaído en el Montepío y Mutualidad de la Minería Asturiana “por su histórico compromiso social”.

Este código propio de las cuencas, “ese alma minera” que forma parte indisociable de la identidad y del modo de ser de sus residentes, también se hace presente en los proyectos de futuro. Además del impulso al patrimonio industrial minero como atractivo turístico, la puesta en marcha de la fábrica de paneles fotovoltaicos en Langreo y la conversión de La Pereda en una central de biomasa, el presidente ha apoyado la creación de un centro de acogida temporal de migrantes en el Colegio San José de Sotrondio. “En los valores de las cuencas no tienen cabida la insolidaridad ni mucho menos la xenofobia, el rechazo o el desprecio al diferente. Aquí miramos al futuro con la mano tendida, no añoramos un pasado de exclusión, de miedo y de odio”, ha concluido.