null Barbón: "No conozco un solo manual de ciencia política que desvincule la calidad democrática de la existencia de una prensa libre"
  • El presidente del Principado participa en el acto de entrega de los premios El Comercio 2022
28 de septiembre de 2022

El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha participado hoy en el acto de entrega de los Premios El Comercio 2022, que concede el diario El Comercio. Durante su intervención, el presidente ha reivindicado el papel del periodismo para garantizar la calidad democrática de las sociedades. Además, ha repasado los logros de los premiados, "que nos hacen sentirnos orgullosos de Asturias".

Esta ha sido su intervención íntegra:

 

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN. Acto de entrega de los Premios El Comercio 2022

Gracias por concederme la oportunidad de intervenir en este acto. Gracias a la dirección de El Comercio y enhorabuena a todas las personas, asociaciones y empresas galardonadas. Es un honor acompañarles esta tarde.

 

Al conocer quiénes eran los premiados pensé cuántas razones tenemos para sentirnos orgullosos de nuestra tierra. Es un sentimiento que me acompaña también cada año con la entrega de las Medallas de Asturias.

 

Hoy hemos hablado de periodismo, deporte, solidaridad, iniciativa empresarial, cultura y ciencia; de personas, empresas y asociaciones que son referencia nacional –y, en algún caso, internacional- en cada uno de sus campos. Cómo no vamos a estar orgullosos de sus ejemplos.

 

La preparación de esta breve intervención me ha dado pie a encadenar varias reflexiones, todas sobre los vínculos entre periodismo y política. Al fin y al cabo, no sólo vivimos unos tiempos muy adecuados para repensar esa ligazón, sino que me han brindado una magnífica tribuna para abordarla, así que me he decidido a caer en la tentación. Espero que sean benevolentes y me absuelvan de los posibles errores.

 

Soy de quienes piensan que la relación entre el periodismo y la política, por más fluida y amable que sea, siempre ha de tener un punto de tensión, igual que un elástico. Cuando pierde la tirantez y se afloja por completo es señal de que algo raro pasa. O hay una sospechosa connivencia o es que el poder político se ha adueñado, de una u otra manera, de la voz de los medios, circunstancia nada recomendable para la salud democrática.

 

No obstante, también entiendo que podemos alcanzar unos mínimos ámbitos de acuerdo. Soy consciente de lo que digo y dónde lo digo, nada menos que ante un auditorio artillado de periodistas dispuestos a buscarle las vueltas a cada palabra, pero voy a arriesgarme a proponer cuatro puntos de encuentro para el periodismo y la política en Asturias. Aunque podrían ser algunos más, la brevedad siempre es una virtud.        

 

El primero es hablar bien de Asturias o, dicho de otra manera, destacar como se merece lo bueno que ocurre en esta comunidad. Dicen que los asturianos somos grandones, expansivos. Tal vez sea cierto, pero es una verdad a medias que convive con una carencia de autoestima anclada en la melancolía de un pasado idealizado. Curiosamente, nuestra añorada edad de oro remite a un desarrollo industrial liderado por empresas deficitarias y contaminantes, sostenidas con la respiración asistida de recursos públicos durante la dictadura. Pero voy a esquivar ese debate, que llevaría mucho tiempo.  Opino que la política y el periodismo pueden y deben contribuir al reconocimiento de la mejor Asturias, la que representan Juan Ramón Lucas, Marcelino García Toral, Olvido García Valdés, Juan Fueyo, Grúas Roxu y Expoacción. Este mismo acto supone una importante aportación a ese orgullo de pertenencia que llevo reivindicando todo mi mandato. Ni qué decir tiene que la valoración de las buenas noticias no embota la capacidad crítica de los medios. El Comercio puede dar fe de ello.

 

La segunda propuesta es resguardar Asturias de la viciada atmósfera política nacional. Este verano hemos empezado a hablar del Principado como refugio climático, protegido de las temperaturas que hervían otras partes de España. A mí también me gusta pensar en Asturias como un refugio a salvo de la política tóxica. Sé que, del mismo modo que existen los políticos de enfrentamiento, existen los periodistas de trinchera. Sin embargo, sostengo que tanto a la buena acción política como al buen periodismo les sienta muy bien la pluralidad, el diálogo abierto con una sociedad que también es plural, diversa, nada monolítica.

 

Voy con el tercer punto de encuentro. En realidad, es más bien un desafío compartido: el periodismo y la política han de sintonizar con lo que interesa a la gente. Los trabajos demoscópicos incluyen a menudo un apartado dedicado a conocer las inquietudes de la ciudadanía. Creo que todos y todas acertaríamos si predijéramos que ahora mismo la mayor preocupación de las personas –de los gijoneses y gijonesas, de los asturianos y asturianas- es el encarecimiento de la vida, llegar a fin de mes en unas condiciones dignas. En los partidos y en los medios hay sitio para muchísimas cosas, para debates de todo tipo, pero nunca deberíamos olvidar lo esencial.  Frente a los problemas reales de la gente, lo demás resulta accesorio.

El último punto es la defensa de los valores democráticos. No conozco un solo manual de ciencia política que desvincule la calidad democrática de la existencia de una prensa libre. Fijémonos en las fuerzas extremistas: o bien vetan a determinados medios o bien intentan crear sus propias galaxias de opinión, intolerantes a todo lo ajeno; en cualquier caso, siempre tienen una relación conflictiva con la libertad de prensa. A mi juicio, tanto periodistas como políticos tenemos nuestra parte de responsabilidad al jalear o dar alas a movimientos que ponen en cuestión uno de los fundamentos de nuestro modelo de sociedad. Hablar de estos riesgos no es un ejercicio alarmista sino puro realismo, visto lo que ocurrió en su día en Estados Unidos, lo que sucede en Suecia o, mucho más cerca, lo que está pasando en Italia.

 

Repaso: reconocer las buenas noticias, resguardar Asturias de la política tóxica, actuar e informar sobre lo que preocupa a la gente y salvaguardar nuestro pacto de convivencia. Creo, sinceramente, que todo lo que he plantado ya lo está haciendo El Comercio, como le corresponde a un periódico asentado, plural, respetuoso y con un poso histórico, esa decantación que va acumulándose con los años, de apoyo a los intereses de Gijón y Asturias.

 

Me gustaría tener unas palabras sobre cada una de los premios. Antes hablaba del afán totalitario de apoderarse de las voces libres. Es difícil imaginar una tiranía peor que aquella en la que no seamos dueños de nuestras palabras. Por fortuna, esta tarde celebramos el galardón a una voz libérrima e intensa, de las que apresan el alma, la de la poeta Olvido García Valdés.

 

Y si hace unos minutos aludí a nuestra tendencia al grandonismo, he de admitir que yo mismo he afirmado alguna vez que no me mueven de una determinada posición política ni con Grúas Roxu, lo que ya es decir. Su premio distingue una trayectoria empresarial que toda Asturias reconoce. Viene a ser lo mismo que nombrar a Marcelino García Toral en el fútbol: un referente para toda España. Con un añadido que es difícil exhibir en ese mundo cruzado de pasiones: un referente respetado.

 

Si nos define la solidez, también nos caracteriza la solidaridad, que es el emblema y la razón de ser de Expoacción, la asociación que merece el premio a la acción social.  Me pregunto si no ha sido también el impulso el que ha movido la mano de Juan Fueyo a la hora de escribir algunas de sus obras. Ese afán de divulgar, de hacer accesible su saber por parte de quien es, y son palabras mayores, uno de los investigadores en neurología y oncología más prestigiosos del mundo, sólo puede entenderse como una demostración de profunda solidaridad.

 

Me queda Juan Ramón Lucas. Perdonen, pero me rindo sin excusas al cariño personal y a la admiración. Puedo atestiguar que siempre ha cumplido con mi primera propuesta: hablar bien de Asturias donde quiera que estuviese y casi con cualquier pretexto. Lo describo y lo reconozco tal y como lo he vivido.

 

Ya ven. Tengo motivos para sentirme humilde ante sus trayectorias y biografías, pero me sobran razones para estar muy orgulloso de todos ustedes. O, lo que viene a ser lo mismo, para sentirme orgulloso de Asturias.

Documentación

Galería de imágenes

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón (centro), con la alcaldesa de Gijón, Ana González, y el presidente del consejo de administración de El Comercio, José María González.

Galería de audios

Galardonados son el orgullo de Asturias
Relación entre el periodismo y la política
Reconocimiento a la mejor Asturias
Asturias a salvo de la política tóxica
Atender necesidades de las personas
Prensa libre y calidad democrática
Logros de las personas premiadas 1
Logros de las personas premiadas 2