Cultura inicia el proceso para declarar Bien de Interés Cultural la navegación a vela latina en la ría del Eo

La Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo ha iniciado la tramitación para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial los oficios y saberes relacionados con el bote de vela latina y la práctica de su navegación en la Ría del Eo. Colectivos sociales, entidades deportivas de Castropol y el propio ayuntamiento han promovido la propuesta, apoyada en la tradición histórica.

 

La práctica de navegación a vela latina es un patrimonio intangible asociado a técnicas y conocimientos transmitidos de generación en generación, que alcanza también a la construcción de botes y aparejos. Con ella se relacionan una serie de oficios tradicionales, entre los que sobresale el de carpintero de ribera, en riesgo de desaparición, pero con un referente relevante en Castropol: Astilleros Pacho, último exponente de una vigorosa industria naval que desde el Eo satisfizo la demanda de la flota pesquera y de cabotaje asturiana, hasta el punto que en el siglo XIX más del 60% de la misma procedía de los astilleros del Eo.

 

El proceso administrativo para declarar BIC la vela latina y sus oficios y saberes tradicionales se prolongará un máximo de dos años y tendrá que recabar los preceptivos informes por parte de la Academia de la Historia, la Universidad de Oviedo y el Real Instituto de Estudios Asturianos. Posteriormente, la aprobación definitiva corresponderá al pleno del Consejo de Patrimonio.

 

La Ría del Eo –y, en ella, Castropol como punto principal- constituye el área geográfica de referencia en Asturias en relación a la navegación en bote de vela latina. Esta actividad ha experimentado un importante resurgir en los últimos tiempos, de la mano, entre otros apoyos, de la Asociación del Bote de Vela Latina y el Club de Vela de Castropol.

 

Parte del paisaje  

 

De todos los botes con popa en espejo usados históricamente en el Cantábrico desde el siglo XVIII, tan solo el de la Ría del Eo sigue hoy construyéndose con las mismas técnicas protoindustriales.

 

El bote, prácticamente el mismo que se usaba antiguamente para trasladarse y que fue indispensable para la pesca, es hoy un símbolo de la ría. Además, su uso ocupa un lugar por derecho propio en la imaginería identitaria de Castropol.

 

Se trata de una embarcación perfectamente adaptada a las condiciones del medio, capaz de deslizarse sin apenas perturbar los grupos de aves limícolas y migratorias que constituyen uno de los principales valores naturales de esta reserva de la Biosfera y Zona de Especial Protección para las Aves.