Barbón señala que el proceso de concertación social comenzará “en muy poco tiempo” bajo la coordinación política de la vicepresidenta
El presidente del Principado ha indicado hoy que el proceso de negociación para alcanzar un acuerdo de concertación social comenzará en breve bajo la coordinación política de la vicepresidenta y consejera de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo, Gimena Llamedo. “Dentro de muy poco tiempo vamos a convocar a patronal y sindicatos para revitalizar y renegociar una nueva concertación social”, ha precisado.
Adrián Barbón ha puesto en valor esta fórmula de diálogo social que se aplica en Asturias desde el mandato de Pedro de Silva y que, según ha subrayado, constituye un “elemento clave”, por lo que se propone fortalecerlo “en los próximos meses” y también a lo largo de esta legislatura.
El jefe del Ejecutivo ha informado sobre esta decisión tras la reunión del Consejo de Gobierno, celebrada esta mañana en Villabre, en el municipio de Yernes y Tameza, el más pequeño de Asturias y del que ha destacado su elevada calidad de vida. “Aquí se están dando pasos, con proyectos interesantísimos, patrimonio cultural y natural que debemos poner en valor y también tenemos que animar al emprendimiento”, ha sugerido.
En concreto, el presidente se ha referido a la mejora de las comunicaciones en el concejo y al proyecto piloto que impulsa la Consejería de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo para facilitar la llegada de red vía satélite a aquellas zonas en las que no resulta posible instalar fibra óptica.
Primer municipio inteligente de Asturias
“Queremos que Yernes y Tameza se convierta en el primer municipio inteligente de Asturias: aquí se controlará la temperatura ambiente, la pluviosidad, el ganado, etcétera, gracias a la economía del dato”, ha resaltado. Esta iniciativa, presentada en marzo, pretende llevar la innovación digital a la vida cotidiana a través de la tecnología del internet de las cosas (IoT en sus siglas en inglés), es decir, la conexión entre dispositivos. El programa incluye, en una primera fase, la instalación de sensores aplicados al medioambiente, energía, agroganadería y atención social, con el objetivo de conocer qué mejoras puede aportar la digitalización al mundo rural, más allá de las telecomunicaciones.
El Principado ha elegido este municipio para desarrollar la experiencia precisamente por tratarse del más pequeño de la comunidad, con 130 habitantes en poco más de 31 kilómetros cuadrados. La idea es llevar el concepto europeo de pueblo inteligente (smart village) a la zona rural asturiana y a un concejo entero, no a una población determinada.