null El presidente del Principado promete una política de puertas abiertas para el empresariado, al que invita a “dar la batalla” por los fondos europeos Next Generation
  • Adrián Barbón subraya que los recursos de la Unión Europea han de convertirse en el “catalizador” de la transformación económica que ya está en marcha en la comunidad
  • “Sabemos que la mejor Asturias será imposible sin su cooperación, sin su experiencia, sin su emprendimiento y su audacia”, reconoce
09 de junio de 2022

El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha prometido hoy una política “de puertas abiertas” para el empresariado, al que ha emplazado a “dar la batalla” para sacar el máximo rendimiento de los fondos europeos Next Generation. “Sabemos que la mejor Asturias será imposible sin su cooperación, sin su experiencia, sin su emprendimiento y su audacia”, ha admitido.

Barbón ha participado en el encuentro El impacto de los fondos Next Generation en Asturias, organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte. Durante su intervención, ha asegurado que la comunidad ya ha emprendido “tanto su recuperación como su transformación”, gracias a una triple alianza: “decisión política, restablecimiento de la confianza y fortalecimiento del diálogo; búsqueda de acuerdos y colaboración público-privada”.

A su juicio, los fondos europeos representan “una excelente oportunidad” para avanzar en ese camino y Asturias los está gestionando con diligencia. “Somos la segunda comunidad con mayor grado de ejecución, según los datos facilitados en el Senado por la vicepresidenta Nadia Calviño”, ha recordado. También ha apuntado que los recursos comunitarios han de convertirse en el “catalizador” de la transformación económica que ya está en marcha, por lo que el Gobierno del Principado velará para que “no se pierda un solo euro”.

Respecto a las aspiraciones del Ejecutivo en relación con los fondos ha citado cinco: contribuir a que la industria culmine con éxito la transición energética, propiciar el desarrollo del sector agroalimentario, ampliar la conectividad, robustecer el atractivo turístico de Asturias y mejorar la atención sanitaria y el progreso de la economía social de los cuidados. “Son cinco grandes ambiciones que no se sustentan en el vacío, que tienen anclaje en el plan elaborado por el Gobierno de España”, ha señalado el presidente.

 

Esta es su intervención completa en el encuentro El impacto de los fondos Next Generation en Asturias:

   

La retórica política recurre con frecuencia a las metáforas. Son socorridas las náuticas: ningún viento es favorable para quien no sabe a dónde va, el barco del gobierno navega sin rumbo y sin capitán y otras por el estilo.

Con los fondos Next Generation se han impuesto las ferroviarias. Se dice que Asturias corre el riesgo de llegar tarde a la estación o, con mayor alarmismo, que el Principado está en peligro de perder el último tren para su modernización.

No tengo nada contra las metáforas; al contrario, bien escogidas ayudan a la comprensión de los discursos, incluso a darles más vuelo literario. Sin embargo, hoy me propongo desmontar las que se vienen reiterando respecto a los fondos europeos. Intentaré realizar una intervención que ayude a cancelar, a exorcizar tantos temores injustificados. La haré consciente de que hay algo de esfuerzo inútil en esa tarea, porque la menguante cofradía del pesimismo aún cuenta con abonados en Asturias, si bien, y por fortuna, cada vez menos.  

Empiezo con la mayor. Los fondos europeos son una excelente oportunidad, como ha manifestado el consejero de Industria, pero no la única. Ese dramatismo expresivo que presenta los fondos como la última tabla de salvación resulta muy atractivo porque da a entender que nuestra comunidad se juega el ser o no ser, la vida o la muerte a una sola carta.

Ese planteamiento dispara las expectativas, pero resulta injusto con nuestra realidad y calibra mal la propia capacidad de Asturias para superar los desafíos pendientes.

Este tipo de reflexiones se entiende mejor con ejemplos concretos. Para no alargarme, voy a nombrar seis, todos apropiados para este encuentro:

•    La mejora del mercado laboral. Actualmente, Asturias suma más
•    personas trabajando y menos en paro que hace tres años, cuando empezó la legislatura de la pandemia, la carencia de materias primas y la guerra de Ucrania. Sobresale la reducción del paro juvenil, en la cota más baja de la serie histórica.

•    La capacidad para atraer empresas e inversiones. Por dos años consecutivos, el saldo de movilidad empresarial es positivo. Han venido más sociedades de las que se han ido. Aparte, la Estrategia de Atracción de Inversiones ha captado nueve proyectos que movilizarán más de 193 millones y permitirán superar los 660 empleos en sectores como la salud, la ingeniería y las tecnologías de información y comunicación.  

•    La consolidación de un nuevo tejido productivo basado en la ciencia y la innovación, plasmada tanto en el aumento del número de centros de I+D+i como en el crecimiento del número de empresas de base tecnológica. Las startups asturianas alcanzan además una tasa de supervivencia cercana al 70%, muy superior a la media nacional.

•    La reducción de la burocracia para favorecer la actividad empresarial. Para quienes hayan recorrido los entresijos administrativos, saben que me refiero una cuestión enrevesada como pocas. Pues bien, esta legislatura se ha acometido toda una ofensiva legislativa para podar burocracia y favorecer la actividad empresarial. Aquí incluyo la Ley de Medidas Administrativas Urgentes, ya aprobada; la Ley de Calidad Ambiental, en tramitación parlamentaria, y la próxima ley de proyectos industriales estratégicos, en información pública.

•    La conexión con la alta velocidad ferroviaria. Estamos a meses vista de que entre en servicio la variante de Pajares, la obra pública más reclamada en las últimas décadas y que tendrá un triple beneficio industrial, turístico y logístico para nuestra comunidad.

•    La comprensión de la transición ecológica como una oportunidad. La industria ha perdido el miedo a la descarbonización al tiempo que ha asumido que no existe otro camino posible para asegurar la competitividad. Los proyectos anunciados por Arcelor, EdP, TSK o Fertiberia, por enumerar algunos, dan buena muestra. Del rechazo al cambio de paradigma hemos pasado a entenderlo como una ventana de oportunidades.

Son, repito, seis ejemplos de lo que ha cambiado y seguirá cambiando Asturias esta legislatura. Por fuerza, la argumentación es incompleta y también pueden echarme en cara que los planes empresariales que he citado están vinculados, precisamente, a los fondos europeos.

Eso es indiscutible. Pero lo que he querido constatar es otro hecho: nuestra comunidad ya ha emprendido tanto su recuperación como su transformación. Asturias está en el buen camino. Y, si descontamos la colosal inversión de la variante, lo ha logrado sin más recursos extraordinarios que una triple alianza: decisión política, recuperación de la confianza en sus propias posibilidades y el fortalecimiento, hasta un nivel desconocido, del diálogo, la búsqueda de acuerdos y la colaboración público-privada.

Voy con la segunda metáfora, la que alerta del riesgo de que perdamos el tren de los fondos europeos. Durante meses se nos advertía de que otras comunidades habían seleccionado –encarrilado, debería decir- sus proyectos. No había ni ventanilla ni taquilla en la que sacar el billete, pero se concluía que nos habían cogido la delantera.  Asturias sólo tendría turno en el vagón de los torpes, amontonada entre las comunidades retrasadas.

Pues ocurre que Asturias hoy es la segunda comunidad con mayor grado de ejecución de los fondos, según los datos facilitados en el Senado por la vicepresidenta Nadia Calviño. Parece que si la cuestión era subir o no al tren a tiempo, lo hemos logrado con un buen asiento en primera. Con sinceridad, no puedo reconocer que lo sienta por los agoreros: me alegro, y mucho, de que hayan vuelto a fallar sus pronósticos.

Ya me dejo de metáforas. Hasta ahora me he dedicado a demostrar que Asturias está impulsando su propio cambio y que también está gestionando con diligencia los recursos Next Generation. Les voy a ahorrar detalles sobre cómo lo hemos logrado. Cómo nos apresuramos para dotarnos de una arquitectura institucional adecuada y cómo, también, optamos desde el principio por la máxima transparencia y la cooperación con los sindicatos, el empresariado, las cámaras de comercio y los ayuntamientos.

Salto esos detalles para adentrarme en lo que entiendo más relevante: cómo debemos utilizar los fondos europeos. Lo resumo en una frase: han de convertirse en el catalizador de la transformación económica que Asturias ya ha iniciado. Para mi gobierno, ese es el indicador que medirá el acierto. No tanto si se ha invertido mucho como si se ha invertido con agilidad donde se debe, en nuestros objetivos estratégicos; es decir, con la vista puesta en el medio y el largo plazo.

También en este reto soy optimista, porque el Principado tiene muy claras e identificadas sus líneas de trabajo.

No obstante, debo extenderme con unas precisiones previas. El abanico de alcance de los recursos Next Generation es amplísimo. Si no se hace un esfuerzo serio de comprensión resultará difícil de entender: parecerá que habrá una dispersión de fondos dedicada a las cuestiones más variopintas, que abarcan desde la reforma de edificios o la conclusión de infraestructuras hasta la eficiencia energética.

Perdonen que pueda resultar cansino, pero para evitar malos entendidos prefiero recordar que hay tres vías principales de acceso a los fondos.

Por un lado están los fondos que gestiona el Gobierno de Asturias. En las conferencias sectoriales, los ministerios dotan de recursos a las comunidades para determinados objetivos. Mediante este procedimiento –que no es el único-, el Ejecutivo central ha asignado hasta el momento 496 millones a Asturias. La cantidad efectivamente cobrada se reduce a 350, de los cuales se han licitado o convocado 144,7.

Por otro lado, están los fondos que despacha el Gobierno central. Lo hace de dos formas principales: directamente a través de sus ministerios o a través las convocatorias de los Proyectos Estratégicos de Recuperación y Transformación, los Perte.

He llegado a las cuestiones principales. Voy a procurar sintetizarlas en tres principios.

•    Primero: que no se pierda un solo euro. El Gobierno de Asturias está obligado a aprovechar todos esos canales para sacar el mayor rendimiento a estos recursos, lleguen a través de la vía que lleguen. Como habrán deducido, sobre unos tenemos más capacidad de intervención que otros, pero nuestra meta es que no se malogre un solo proyecto.

•    Segundo: Seleccionar muy bien los objetivos. Antes hablaba de convertir los fondos en el catalizador de la transformación del Principado. Ustedes están en el derecho –y casi en la obligación- de preguntarme en qué debe consistir esa metamorfosis. La concreto en cinco grandes aspiraciones. No son las únicas, pero sí las más destacables.

Contribuir a que la industria culmine con éxito la transición energética. Es una necesidad estratégica de Asturias. Este objetivo comprende iniciativas empresariales concretas, el desarrollo de las energías renovables y el fomento de la economía circular. Aludo, entre otros, a los proyectos de Arcelor para sus factorías de Gijón y Avilés; a las propuestas de la industria naval, que vive uno de los mejores momentos en muchos años; a los planes de EdP y del consorcio HyDeal vinculados al hidrógeno verde y a la capacidad de Cogersa para alentar la economía circular.

Déjenme hacer un alto. En el Principado, el debate industrial es recurrente. Cada poco, hay noticias sobre las sucesivas amenazas y dificultades que acechan a nuestra industria. Me llama la atención que nunca se advierta el riesgo fundamental: llegar a destiempo a la transición ecológica. De eso depende, nada menos, que Asturias se sitúe por primera vez en su historia a la vanguardia de una revolución industrial o vuelva a quedar rezagada.

Habrán reparado en que no he hablado del Fondo de Transición Justa, también vinculado –al menos, en parte- al programa Next Generation. Asturias recibirá unos 263 millones que también ayudarán a lograr las metas propuestas.

La segunda aspiración pasa por nuestra industria agroalimentaria. Asturias no se puede imaginar sin su medio rural. Del mismo modo, resultaría incomprensible que no sacásemos el máximo beneficio a los fondos europeos para apuntalarlo y propiciar su desarrollo, debido a la sencilla y contundente razón de que por la industria agroalimentaria pasa en muy buena medida el porvenir de Asturias. En 10 años queremos que su aportación al PIB supere el 25%.

También han de servir para ampliar nuestra conectividad. Hablo en triple sentido. De multiplicar nuestra fortaleza logística, con la llegada del AVE y el desarrollo de la ZALIA. Es una baza para la implantación de empresas, como demuestra el caso de Amazon, y muy provechosa para los puertos de Avilés y Gijón. También me refiero a impulsar una movilidad sostenible, en coherencia con el nuevo paradigma económico, y, por supuesto a extender la digitalización, tanto en las empresas como en la propia Administración.

Los recursos europeos están actuando ya como una herramienta para modernizar y robustecer el atractivo turístico de Asturias. Es otro fin que no debemos descuidar. Los últimos datos vuelven a apuntar una gran campaña de verano y tanto la próxima conexión con la alta velocidad ferroviaria como la ampliación de la oferta de vuelos sólo alimentan mayores expectativas.

Y, en fin, la quinta gran aspiración tiene que ver con la mejora de la atención sanitaria y el desarrollo de la economía social de los cuidados, tan cercana a la denominada silver economy. Para Asturias, que aúna la calidad de su sistema sanitario público con un alto porcentaje de población envejecida, son retos irrenunciables.

Son cinco grandes ambiciones que no se sustentan en el vacío, que tienen anclaje en el plan elaborado por el Gobierno de España. Hasta el momento, el Consejo de Ministros ha aprobado 11 Perte. Es cierto que no todos han abierto las correspondientes convocatorias, pero voy a enumerar algunos que están alineados con los ejes que he citado:

•    Vehículo eléctrico y conectado
•    Industria naval.
•    Energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento.
•    Microelectrónica y semiconductores.
•    Agroalimentario.
•    Economía circular.
•    Economía social de los cuidados.
•    Y, por último, el Perte de Salud de Vanguardia.

En todos ellos, el Principado –e incluyo a las empresas asturianas- tiene mucho que decir. Son fundamentales para alcanzar ese quinteto de grandes transformaciones que, a mi juicio, marcará el futuro de Asturias en las próximas décadas.

Me queda citar el tercer gran principio. He afirmado que no queremos perder un solo euro y he desgranado cinco grandes líneas de trabajo. Me falta añadir que no podemos lograrlo solos. Sería un fallo, un grave error, entender que los fondos Next Generation están al servicio del gobierno. Si no conseguimos hacer partícipe al empresariado, alcanzar todos los logros propuestos será imposible. De hecho, la propia concepción del programa Next Generation descansa sobre la colaboración público-privada.  

Tengo una enorme confianza en la capacidad de nuestras empresas. La han demostrado en numerosas ocasiones. La están acreditando también en la concurrencia a las convocatorias abiertas con cargo a los fondos europeos. Si la confidencialidad no fuera una máxima de obligado cumplimiento, ahora mismo podríamos poner sobre la mesa decenas de nombres de compañías que han promovido iniciativas relacionadas con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

También reconozco que no siempre es sencillo. Que en algunos casos es necesario promover acciones conjuntas o alianzas, buscar financiación adicional y sobreponerse a las exigencias burocráticas. Les pido que den esa batalla. Les animo porque de la involucración de las empresas en la competición por los fondos sólo habrá dos beneficiarios: Asturias y las propias empresas.

Estamos ante una oportunidad extraordinaria en la que hay que echar el resto para alentar esa gran metamorfosis que, repito una y otra vez, ya está en marcha. Les prometo que el Gobierno de Asturias va a aplicar una política permanente de puertas abiertas para la iniciativa empresarial. Sabemos que la mejor Asturias será imposible sin su cooperación, sin su emprendimiento y su audacia.

Documentación

Galería de imágenes

De izquierda a derecha, la directora de zona noroeste de LA Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Ana Sánchez, presidenta de APD en Asturias, Eva Rodríguez; el presidente del Principado, Adrián Barbón; la presidenta de la Federación de Empresarios de Asturias (Fade), María Calvo; el responsable de la zona norte de Deloitte, Javier Giral, y el consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández.

Galería de audios

Once PERTE aprobados
Asturias emprendió la recuperación con una triple alianza
Asturias en el tren de los fondos
Capacidad y cooperación empresarial
Cómo usar los fondos
Ejemplos de transformación en Asturias
Los fondos europeos son una excelente oportunidad
Fondos para cambiar Asturias
Industria agroalimentaria, conectividad y economía social
Transición energética