null Barbón: "Que nadie se llame a engaño, la década del cambio pasa a la fuerza por trabajar día sí y día también por la plena igualdad de hombres y mujeres"
  • El Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, un equipamiento pionero en España, ha atendido ya a 302 mujeres desde su puesta en marcha
08 de marzo de 2023
El presidente reivindica el valor de la lucha feminista para lograr una Asturias “mejor, igualitaria, libre de prostitución y de cualquier otra forma de violencia machista”

El presidente del Principado ha señalado hoy que “Asturias necesita toda la fuerza del feminismo para culminar la década del cambio”. Durante su intervención en el acto institucional celebrado con motivo del Día Internacional de las Mujeres, Adrián Barbón ha reivindicado el valor de la lucha feminista para lograr “una Asturias mejor, igualitaria, libre de prostitución y de cualquier otra forma de violencia machista”. "Que nadie se llame a engaño: la década del cambio pasa a la fuerza por trabajar día sí y día también por la plena igualdad de hombres y mujeres", ha dicho.

“Siempre supisteis ver que la superación del patriarcado no se ceñía a un hito concreto, sino que exige una batalla sucesiva y permanente, incluso ante las nuevas realidades que, en teoría, surgen en un momento histórico en el que el machismo está disminuido”, ha reconocido, al tiempo que ha defendido un movimiento feminista unido “para seguir reventando las costuras del machismo y plantar cara a la involución”.

En su discurso, el presidente también ha recordado los principales hitos logrados en materia de igualdad a lo largo de esta legislatura, como la puesta en marcha del Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, que ya ha atendido a 302 mujeres; el mantenimiento de los servicios de la Casa Malva y de la red de casas de acogida, la reducción de la brecha salarial en 9 puntos, el desarrollo de la figura de agentes delegadas de igualdad en las empresas y el Plan de Corresponsabilidad, entre otros. Especial relevancia le ha otorgado el jefe del Ejecutivo a la Estrategia Asturiana para la Abolición de la Prostitución y la Trata, que se aprobará antes del final del mandato.

Barbón ha alertado, además, contra el “grave error” que supone “intentar patrimonializar el feminismo, obcecarse con achicarlo y encerrarlo en unas siglas, pretender doblegarlo a una estrategia de partido”. “Es un fallo y una falta de respeto”, ha argumentado.


** A continuación, se reproduce la intervención íntegra del presidente

Miércoles, 8 de marzo de 2023

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN


Día Internacional de las Mujeres

Más que nunca, 8M. Ese es el lema elegido para organizar este acto de celebración del Día Internacional de las Mujeres. Cuando lo conocí, lo celebré: qué aconsejable es la sencillez y la claridad en todos los órdenes. Es una máxima que intentaré aplicar a esta intervención. El ruido y la confusión aportan entre poco y nada a casi todo, también al movimiento feminista. Así que Más que nunca, 8M.

Estamos al final de una legislatura. Al doblar la esquina de unas semanas, comenzará una campaña electoral con todo su fragor. A quienes vivimos una relación pasional con la política nos resulta muy difícil sustraernos a ese ambiente febril, lo admito. Pero ocurre que ejerzo una responsabilidad mucho mayor que ser candidato. Soy, sobre cualquier otra consideración, presidente del Principado, de todos los asturianos y asturianas, y a esa labor de me debo hasta el último minuto de la legislatura.

Por eso no confundo este atril con la tribuna de un mitin. Porque intervengo en calidad de presidente, porque hoy el protagonismo os corresponde a las mujeres y porque el feminismo, el movimiento con más fuerza transformadora del siglo XXI, se merece mi mayor respeto. De eso tengo mucho que hablar. Está sucediendo algo paradójico. Observad las páginas de los periódicos, estad atentas a los informativos, a las redes sociales o incluso a las tácticas de márquetin empresarial. Basta una mirada a nuestro alrededor para comprobar que el 8M ha adquirido una dimensión impensable hace apenas unos años. Esta jornada, desde los escaparates o las portadas de los diarios hasta las camisetas reivindicativas, todo se envuelve en morado, el color de vuestras banderas. Mejor dicho, de nuestras banderas, porque presumo de liderar un gobierno paritario y feminista.

Sin embargo, esa realidad convive con una fragmentación evidente del feminismo. Negarlo es cerrar los ojos, un empeño inútil. No estoy hablando de alturas discursivas, de edificaciones teóricas complejas. En esas cimas es comprensible, y hasta saludable, que haya diferencias. Estoy refiriéndome al parlamento y a la calle, con todas las letras.

Esa es la paradoja: la coincidencia de la mayor potencia social del 8M con su mayor división política. Todo, por culpa de un grave error: intentar patrimonializar el feminismo, obcecarse con achicarlo y encerrarlo en unas siglas, pretender doblegarlo a una estrategia de partido. Es un fallo y, reitero, una falta de respeto.

Las palabras rotundas molestan en estos tiempos sobrados de eufemismos, pero entended que esta mañana elija la contundencia. Esa división artificiosa es una irresponsabilidad cuando la extrema derecha populista ha fijado en la igualdad su primera diana. No hace falta irse al otro lado del océano para buscar un Bolsonaro ni al confín oriental de Europa para encontrar ejemplos en Hungría o Bielorrusia. Los tenemos aquí mismo, al otro lado de la cordillera, vecinos en Castilla y León, cuando plantean una auténtica tortura sicológica para limitar los derechos de las mujeres.
 
Frente a semejantes acometidas, empecinarse en separar, en construir un feminismo tribal, es una irresponsabilidad. No me pidáis que sea indiferente, que me distancie, que sobrevuele este acto sin mojarme porque no me da igual. Tenemos que ser muy conscientes de ello. No es igual un 8M plural y trabado, unido en sus proclamas, que otro escindido, debilitado en una disputa inútil de identidades.

  • No da igual un gobierno que promueve la paridad que otro que se desentiende de la composición de las listas electorales, los consejos de ministros o los consejos de administración, como si fueran cuestiones domésticas donde cada uno debe hacer lo que le venga en gana.
  • No da igual un gobierno que defiende la lucha contra la violencia machista, legislando y mejorando la legislación, que otro que no defiende los avances legislativos para erradicar la violencia.

O, ya puestos a dar ejemplos, hablemos de Asturias.

  • Desde el 25 de noviembre de 2020, el Principado cuenta con el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales. Es una iniciativa pionera en España, funciona las 24 horas del día y ya ha atendido a 302 mujeres, 64 de ellas menores de edad. A ninguna de ellas le daría igual que ese centro no existiese.
  • Desde 2007, la Casa Malva, creada para responder a la violencia de género, ha abierto sus puertas a 1.729 mujeres más 1.715 hijas e hijos. Desde el inicio se ha convertido en un icono del feminismo. No concibo que a una persona, sea hombre o mujer, le resulte indiferente su existencia. Lo mismo añado respecto a la red de acogida, ahora dotada con tres casas y 22 pisos tutelados.
  • Tampoco nos puede dar igual la brecha salarial, que en el Principado continúa en niveles inaceptables, pese a la reducción acumulada de 9 puntos esta legislatura.
  • La concertación social incluye desde 2020 una mesa específica de igualdad. También en este logro hemos sido pioneros. Y fruto de ese trabajo es el desarrollo de la figura de Agentes Delegadas de Igualdad en las Empresas, la consolidación de la Feria de Emprendedoras y la puesta en funcionamiento del Banco de Empresas del ámbito Rural de Asturias.
  • Y sí, me importa mucho que todos, todos los ayuntamientos asturianos, se hayan sumado ya al Plan de Corresponsabilidad.  Como también me importa que hayamos contribuido a que la justicia sea un ámbito amable con las víctimas del machismo con las nuevas instalaciones del Juzgado de violencia contra la mujer de Gijón, incluida la primera cámara Gessell de Asturias.
  • Ni, desde luego, nos puede dar igual la permanencia de la prostitución, que es la consagración flagrante de la desigualdad y su secuela más indeseable, la violencia sobre las mujeres. Ya lo he dicho en alguna ocasión: si de mi gobierno dependiera, Asturias sería una comunidad libre de prostíbulos, con la trata erradicada. Ahora mismo estamos trabajando en la Estrategia Asturiana para la Abolición de la Prostitución y la Trata con Fines de Explotación Sexual, que se aprobará antes del final de la legislatura. Vamos a liderar la lucha abolicionista en España. Como bien afirma la directora de Igualdad, Nuria Varela, las mujeres ni se compran, ni se venden, ni se alquilan.

Cierro ya la enumeración. No, no podemos mirar para otro lado, ser indolentes ni equidistantes. Muy al contrario, hemos de tener claro que Asturias necesita toda la fuerza del feminismo para culminar la década del cambio. Sabéis que he acuñado esa expresión, la década del cambio, para resumir el listado de retos que vamos a afrontar a corto y medio plazo para construir la mejor Asturias. Pues bien, hay quienes apenas hablan de la igualdad entre hombres y mujeres. Perdón, unos hablan mucho, pero sólo para criticar los avances: ni más ni menos que lo mismo que han hecho todos los reaccionarios a lo largo de la historia. Pero esos son evidentes, se hacen notar de puro gritones.

Me refiero a otros, los que pasan de puntillas y a toda velocidad sobre las políticas de igualdad, igual que si pisaran un suelo astillado de cristales. Les hiere el feminismo y opinan que las propuestas para el Principado pueden reducir a guarismos económicos, como si la igualdad no fuese un atributo necesario para avanzar. Pues que nadie se llame a engaño: la década del cambio pasa a la fuerza por trabajar día sí y día también por la plena igualdad de hombres y mujeres.

Ésa es la meta. La misma por la que trabajaron las primeras feministas. Si nos fijamos bien, desde las sufragistas hasta hoy, el movimiento feminista ha ido encadenando conquistas, una tras otra. A cada cota que tomaba, siempre había alguien que sentenciaba que ya estaba bien, que ya bastaba, que hasta ahí habíamos llegado. Sin embargo, vosotras jamás obedecisteis la voz de alto. Siempre supisteis ver que la superación del patriarcado no se ceñía a un hito concreto, sino que exige una batalla sucesiva y permanente, incluso ante las nuevas realidades que, en teoría, surgen en un momento histórico en el que el machismo está disminuido. Aludo a las redes sociales, probablemente la mejor prueba de que la desigualdad sigue marcando las pautas y los roles al día de hoy; por desgracia, incluso en la niñez y la adolescencia. Por ello es necesario un movimiento feminista unido. Para seguir reventando las costuras del machismo. Para plantar cara a la involución.

Para defender todas y cada una de las metas alcanzadas y proclamar que no, que esto no se ha acabado y que vais a seguir batallando por una Asturias mejor, igualitaria, libre de prostitución y cualquier otra forma de violencia machista. Por todas esas razones, hoy y aquí, en Gijón y en Asturias, Más que nunca, 8M.

Me faltan unas palabras, muy breves. En realidad, son dos: reconocimiento y gratitud. La destinataria es Nuria Varela, directora general de Igualdad. Sin tu labor, muchos de los logros que he citado no habrían sido posibles. Gracias de corazón. Y como eres de Mieres, y yo de Laviana, y ambos sabemos bien qué significado tiene esa expresión en el lenguaje de la mina, permíteme que la utilice: compañera Nuria, dame tira. 

Documentación

Galería de imágenes

El presidente del Principado, Adrián Barbón, y la directora general de Igualdad, Nuria Varela.

De izquierda a derecha: el presidente de la Junta General, Marcelino Marcos; la alcaldesa de Gijón, Ana González; el presidente del Principado, Adrián Barbón; la directora general de Igualdad, Nuria Varela; y la delegada del Gobierno, Delia Losa.

El presidente Adrián Barbón, con la fiscal superior de Asturias, María Esther Fernández, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Jesús Chamorro.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, junto al equipo de la Dirección General de Igualdad.

La cantante Marisa Valle Roso, el presidente del Principado, Adrián Barbón, la artista visual, fotógrafa y escritora y experta en comunicación y género, Yolanda Domínguez, y la violinista Carmen Tomé Varela.